jueves, 13 de noviembre de 2008

DOLINA Y LA ESTUPIDEZ DEL FANATISMO



Creo que Dolina es un pensador que hay que escuchar, por eso subo dos audios imperdibles. Nos habla de un tema que abordé el domingo pasado, referido a los prejuzgamientos ligeros que provoca ese fenómeno de masas llamado fútbol. Alejandro, pese a que es un tipo que ama dicho deporte, a su vez no come vidrios; sabe darle al César lo que le es suyo.

En lo personal, me hermano con las opiniones del conductor de La Venganza será terrible. Hace años que hablo del rechazo que me despiertan los fanáticos. Porque la vida me enseñó que un fanático no entiende lo que tanto admira; lo distorsiona, lo cubre con matices plebeyos igualando por lo bajo; lo aleja de lo singular, que el propio Soren Kierkegaard denominó Enkelte, palabra sin equivalencia castellana.

Que me disculpen los hinchas, pero el fútbol les hace caer en la ilusión que el éxito de su equipo es un logro propio. Y no, en realidad lo siente como propio porque elude las vivencias enriquecedoras de jugar él mismo en la cancha de la vida. Entonces, disimula su incapacidad de volverse individuo a través de las migajas de las supuestas glorias ajenas. Eso es para mí el fanatismo, lo es porque encierra al fanático y sus sentimientos en el límite que impone coactiva y coercitivamente el grupo. No es válido buscar ser alguien a través de los demás, con ropaje ajeno.

Pero, a la postre no es su culpa, sino de la educación que omite desde que comenzamos a ir a la escuela, el enseñarnos a descubrir y trabajar las enormes capacidades alojadas en la natura de cada uno de nosotros.

PARTE 2

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