martes, 22 de septiembre de 2009

"EL ÚLTIMO MANDADO"



"El último mandado" se filmó en locaciones de la ciudad de Saladillo y Buenos Aires. Al guión de Fabio Junco (una abuela alemana que admira la figura de Hitler y entabla una amistad con un adolescente que ni siquiera sabe quien fue el Führer) se sumó el aporte del historiador Carlos De Nápoli.
“El último mandado” traza una sutil tangente con la historia del nazismo en la Argentina. Un tema que no se evidencia con suficiente frecuencia en las historias “de ficción” del denominado “cine argentino”.

Además de la actriz Ellen Wolf y del adolescente Lucas Midú, el largometraje se nutre de la participación actoral de casi treinta vecinos de Saladillo, en diferentes roles de la película. Algunos de los vecinos personificaron un papel por primera vez y otros exploraron un mayor compromiso dramático, dada su experiencia en anteriores largometrajes dirigidos por Midú y Junco. Entre las particularidades de los roles, uno de los vecinos (Alberto Mastantuono) hace de zapatero y es zapatero en el film. Otra vecina (Yeny Mieres) hace de la mamá del adolescente protagonista y compone una familia casi documental: sus cuatro hijos hacen "de sus hijos" en escenas fundamentales de la película. Otro vecino chacarero (Sergio Martín) es el productor agropecuario que vende sus productos en la plaza del pueblo. Y una docente (Adriana Salinardi) compone a la maestra que intenta un vínculo de amistad con el protagonista de "El último mandado".

Acerca del cine con vecinos

El denominado "cine con vecinos" surgió hace más de una década, en la ciudad bonaerense de Saladillo, como una alternativa más de expresión artística comunitaria. Los saladillenses Fabio Junco y Julio Midú egresaron como directores de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (E.N.E.R.C), que depende del INCAA. En su ciudad natal desarrollaron un método de producción de cine de ficción con la participación de los amigos, vecinos y familiares. Consiguieron así que las películas terminaran proyectadas en la pantalla grande del cine del pueblo, recuperando un rito social que se había perdido. Con simples cámaras de video digital consolidaron una prolífica actividad cinematográfica de muy bajo presupuesto. Cada película superaba a la anterior y luego empezaron a ser seleccionadas para numerosos festivales de cine de Argentina y del exterior.

"El último mandado" es el 19º largometraje de ficción rodado con la colaboración de ex alumnos y docentes de la ENERC; y con la actuación de vecinos de la ciudad de Saladillo, ubicada a 182 kilómetros de Buenos Aires.

La inusual experiencia cinematográfica comunitaria ya se replica en casi todo el país, de la mano de estudiantes de cine, aficionados y directores amateurs. Saladillo es ahora la sede anual de un encuentro anual de cineastas, el reconocido Festival Nacional de Cine con Vecinos.

El fenómeno del "cine con vecinos" evidencia una creciente y continua expansión. Casi cincuenta largometrajes de ficción de distintos puntos de Argentina se inscribieron para participar en el 6º Festival Nacional de Cine con Vecinos, que se desarrollará del 21 al 22 de noviembre en el Teatro Español de Saladillo, inminente Espacio INCAA KM 182.

Acerca de los actores

Ellen Wolf

En teatro protagonizó la obra “Elsa” (un racconto parcial de su intensa vida); y los espectadores aún recuerdan como sostenía gran parte de la estructura dramática en la obra “La omisión de la familia Coleman”, con la que ganó un premio Trinidad Guevara.

En la película, Ellen personifica a una mujer nazi. Curiosamente un rol que está en las antípodas de su personalidad y en línea recta con la mayor de las paradojas. Hace setenta años, debido a la ascensión del nazismo al poder y a su origen judío, los padres de Ellen abandonaron Sttutgart (Alemania) cuando ella tenía seis años. Ellen se crió primero en la campiña Suiza, hasta que emigró a Buenos Aires cuando tenía doce años.

Lucas Midú

Aunque curiosamente la actuación no sea su pasión, convive desde pequeño con las andanzas cinematográficas del denominado “cine con vecinos” en Saladillo. Pero accedió a representar a ese adolescente que no sabe quien es Hitler, entre otras tantas cosas, y que halla en esa abuela particular la contención familiar que parece escasear en su humilde familia.

Repercusiones

Fragmentos de nota en “Cahiers du Cinèma” / Por Nicolás Azalbert

Una ciudad argentina por el cine

Experiencia única en el mundo: una pequeña ciudad de argentina, vive al ritmo de las películas de dos realizadores quienes filman sin dinero ni actores profesionales, movilizando a la población.

Con la paranoia capitalista propia de los Estados Unidos (Uno contra todos, todos contra uno), Peter Weir había imaginado, en The Truman Show (l998), un escenario de televisión a escala de una ciudad. Con la solidaridad efectiva, propia de la Argentina (Todos para uno, uno para todos), Julio Midú y Fabio Junco utilizan, en lo que respecta a ellos, una ciudad, su ciudad natal, Saladillo, como un gigantesco escenario de filmación. (…)

(…) En plena bancarrota del sistema neoliberal que presidió la crisis de 2001 (la quiebra económica de una nación reconocida en ese momento como modelo a seguir, por el FMI), el cine de Midú y Junco, valía y vale como una contrapropuesta, que lejos de buscar réditos económicos, genera un proyecto colectivo que cultiva la amistad y celebra la vida.

Una forma de "cine pobre", de "cine casero".

(…) Los dos escriben alternativamente los guiones y discuten juntos la puesta en escena. Al primer film, seguirán otros como: Prisioneros, Gema, El Oso, La Trampera, Dame Aire, Pasiones Ocultas, Pobres Mujeres. Se puede reconocer en cada película quién es el realizador. Midú, por sus influencias televisivas, está más inclinado a la palabra. En él, el drama nace de los diálogos e implica un importante recorte en el montaje.

A la inversa, Junco, por su trayectoria teatral, privilegia el tiempo y su voluntad de organizar el espacio, hace que el drama nazca de la acción. También tiene en cuenta la no profesionalidad de los actores convocados. La interpretación actoral puede a veces destruir la ilusión que la apariencia física, completamente adecuada al personaje, podría sostener. Esto no impide una cierta exigencia de parte de los dos realizadores en lo que concierne a la dirección de los actores y a las numerosas repeticiones de las tomas para lograr el resultado deseado. Esto es lo que se ha podido percibir en el rodaje del último film, "El último mandado".El film aborda el tema de una realidad argentina aún inexplorada en la ficción: la de las ciudades del interior que sirvieron de refugio a numerosos nazis, y en este caso se trata del encuentro de una anciana alemana con un adolescente argentino. Los filmes de Midú y Junco cuentan historias de familia, conflictos generacionales e injusticias sociales y por las condiciones de producción tienen un fuerte componente documental. En lo que concierne a la ciudad, se pueden seguir las lentas metamorfosis arquitectónicas, como así también la de los actores que reaparecen bajo la apariencia de distintos personajes, pero que la cámara denota y acompaña el paso del tiempo.

(…) Los actores de Saladillo, sin maquillaje, vestidos y peinados según su propio gusto, se encuentran completamente expuestos, de tan sutil que es la personificación. Otra realidad fílmica, en la trayectoria de las películas, que no hay que considerarlas separadamente, es que se percibe una evolución técnica y artística raramente tan bien destacada.

(…) Desde los comienzos en VHS con micrófono incorporado hasta la cámara de los últimos films en video digital, hay un mundo que pasa por la Escuela de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), en la cual Midú y Junco han seguido cursos. Recorrido atípico, ya que ellos no conocían nada de teoría, pero que contrariamente a los otros estudiantes, poseían una impresionante experiencia práctica.

(…) Midú y Junco lamentan que lo que ganaron en calidad, lo perdieron en inocencia. Pero les queda la vitalidad y la abnegación que hacen que sigan hoy en día, y hacen pensar en esta frase de Blaise Cendrars: "Después de todo, no sería una gran pérdida si yo fracasara; no me importa tanto el éxito. Pero es normal que uno trate de hacer fructificar la vida, en vez de dejarla perecer y por otra parte se dice que la vida no es insensible a la manera de la cual se dispone de ella."

jueves, 3 de septiembre de 2009

"SILENCIOS" OBRA DE DJASMINE DELUCA



Hay quien encuentra en el silencio una y mil respuestas. Hay quien le teme y lo evita. Y hay finalmente, quien pudo plasmar ese instante, efímero y eterno, donde el tiempo pierde su armonioso ritmo, y todo es posible.

No es casual que Djasmine Deluca explore el tema del silencio en esta propuesta Fotográfica. La Otoesclerosis es una enfermedad que condena a más de una de cada mil mujeres. Djasmine superó esa condena con fuerza arrolladora, siempre buscando más. Ella hizo de ese silencio, una oportunidad. Eso se plasma en esta muestra, donde nos acerca a ese estado misterioso. Cuando la armonía de la naturaleza trasciende el tiempo y el espacio en un juego incansable de presente y trascendencia. Escuchar el silencio, sentirlo, mirarlo. Es una propuesta imperdible, que nos conecta con la esencia pura de vivir y sentir la vida.

Lucía Soberal