lunes, 26 de octubre de 2009

ANDRÉS LÓPEZ, UN COLOMBIANO PARA CONOCER



"La pelota de letras" es un unipersonal estupendo, encarnado por el actor Andrés López.

Durante 2 hs. y chirolas, este comediante de 34 años hace una cruda radiografía de la sociedad colombiana desde la década del ´60 hasta principios de este siglo.

Es muy difícil mantener atento al público y lo curioso es que sólo se vale de un escenario vacío, un taburete y algunos back proyections. Lo demás lo construye momento a momento, demostrando una versatilidad actoral deslumbrante.

Quiero señalar que su memoria es fuera de serie y que su espectáculo fue preparado durante 3 años.

Los modismos regionales tal vez demoren la comprensión total del guión, aunque poco importa. López les hace escuchar a sus coterráneos lo que muchos de ellos querrían sepultar por resultarles vergonzoso, inhumano, cruel, abyecto, pusilánime. Es que demasiadas familias de ese hermoso país aún mantienen restos de una moralina paralizante, sin sentido, atenta a la mirada de los otros en vez de la propia, cuyas consecuencias las pagaron varias generaciones de jóvenes que, en la actualidad, desconfían de la grandeza de su inteligencia, bondad y transparencia, y se sienten atrapados por una inseguridad interior deshonrosa.

Colombia, como varios países de la región, está sumida en una religiosidad de las peores: la que se exhibe a los demás. Pareciera desconocer que la más auténtica de las espiritualidades siempre será interior, subjetiva, intangible, silenciosa. Porque creer en algo-alguien superior no necesita de otra cosa que no sea un corazón bueno. "Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces", bien señala el dicho popular.

En todo caso, y haciendo un poco de retrospectiva religiosa, sería pertinente recordar que Cristo no usó la sangre de los demás sino la propia. Porque utilizar la de los otros para afianzamiento personal es a mi entender el peor de los pecados que alguien pueda cometer. Pero, bueno, estoy seguro de que el mejor modo de rechazar lo que estoy diciendo será señalar que son giladas y que cometo apostasía.

Cada colombiano que he tenido la suerte de conocer le da valor a la personalidad de los argentinos, por eso se vienen para nuestro país, como si desearan mimetizarse. Ellos saben que no somos ni santos ni bebés de pecho. Pero -estoy generalizando-, valoran nuestra autenticidad, nuestra valentía para llamar a las cosas por su nombre.

Que somos jodidos en muchos aspectos, nadie lo duda. Aunque cada vez más nos estamos acostumbrando a inclinarnos por la evidencia de una subjetividad libre y menos atada a los mandatos absurdos de la policía interior que nuestro pasado nos impuso.

Eso es lo que valoro, ante todo, de Andrés López y su "Pelota de letras". Con humor dice lo que pocos quieren escuchar. Este eficaz trámite instala su discurso en categorías filosóficas profundas, siempre subjetivas. Por eso se los recomiendo.

Para ver "La pelota de letras" completa, copiar y pegar este link:

http://www.megavideo.com/?d=00VL7UN4

domingo, 25 de octubre de 2009

LUPIS. SE VIENE SU ÚNICO RECITAL EN ARGENTINA



Luego de presentarse en prestigiosos festivales y escenarios de USA a lo largo de los últimos años, Marcelo LUPIS visita la Argentina para dar su ÚNICO CONCIERTO DEL AÑO EN BUENOS AIRES. En esta ocasión repasará canciones de los álbums ¨SHHHH¨y ¨JUGUETES¨, reeditados en USA y adelantará material de su próximo disco ¨SIMPLE¨, grabado en su estudio ubicado en Midtown Manhattan, NYC.

MARCELO LUPIS: voz, violin, guitarra

FEDERICO LUPIS: voz, teclados, guitarra

GABRIEL DANIELE: guitarra, trompeta

JUAN FRACCHI: bajo

JULIAN SEMPRINI: batería

viernes, 9 de octubre de 2009

LUPIS. ÚNICO CONCIERTO EN ARGENTINA




PALACIO - TEATRO "EL VICTORIAL"

Jueves 19 de NOVIEMBRE - 21hs

LUPIS: Voz - Violin - Guitarra

FEDERICO LUPIS: Voz, Teclados, Guitarra

GABRIEL DANIELE : Guitarra

JUAN FRACCHI: Bajo

JULIAN SEMPRINI: Batería

Palacio - Teatro El Victorial

Piedras 722, SAN TELMO

domingo, 4 de octubre de 2009

GRACIAS POR TU VIDA, QUERIDA NEGRA...



Recién recomenzaba la vida en democracia, luego de tantos años de autoritarismo y folía. Argentina retomaba el vigor de las luces individuales, que dejaban de ocultarse para encenderse en compañía del semejante, tal vez sin el ropaje de alguna ideología, salvo la de sentir que la vida puede tener algún sentido sólo si se presenta en libertad.

Osvaldo Neyra, director de teatro santafesino, y el escriba de este blog terminabamos de asistir a un estreno de Pepe Cibrián, en calle Corrientes. A la salida nos corrimos hasta un restó cerca del teatro y de allí emprendimos una caminata rumbo a pasados momentos, mechados con risas y afectos en diástole sístole. De golpe Osvaldo, señalando la vidriera de un bar, me dice: -Mirá, ahí está la Negra Sosa; vamos a saludarla...

-Meta, le respondí...

-Negra, soy Osvaldo Neyra... Y enseguida le recuerda el nombre del programa radial que él conducía en la ciudad de Tucumán, y que ahora, caramba, no vuelve a mi memoria.

-Osvaldo! Claro que sí! Qué es de tu vida?!
(Y de nuevo, muy emocionada: -Osvaldoooo...)

-Todo bien, Negra, pasábamos y quise entrar a saludarte... Bueno, era sólo eso...

La Negra se puso de pie, nos bendijo con un beso y sin más retomamos la avenida de los sueños cartoneros.

-Che, Osvaldo, contame pues..
. le largo, ansioso, como apurándolo.

-Sí, en mi programa pasábamos los discos de ella, cuando nadie la tenía en cuenta. Por eso se emocionó...

Así funcionaba el corazón memorioso de esta cantora universal...

-Osvaldoooo...

Bueno, Negra, gracias... Fijate las veces que yo había estado cerca de vos y nunca me animé a saludarte...

Eso... Gracias por iluminarnos con resplandor interminable... ¿Ves? Te lo digo un poco tarde, aunque, vamos, ¿qué es tarde?