miércoles, 17 de junio de 2009

FERNANDO PEÑA Y TODOS TUS HIJOS, ADIÓS



Una lástima que no hayas podido tomarte el Dom Pérignon que te enviamos, a través de la agencia publicitaria para la cual trabajo; aunque eso no tiene importancia. Pero te dejamos una notita en donde hablábamos de tus valores humanos y te pedíamos que decidieras a qué institución benéfica querías hacerle llegar productos de la empresa que te nombraba tanda a tanda...

Recuerdo la vez que, mientras grababa un spot en Metro, entraste de golpe al estudio y me diste la mano efusivamente, para decirme: -Doctor Bucay... he leído todos sus libros... Cómo me hiciste reír, Fer! Claro, mi saco cruzado de entonces y ciertos rasgos parecidos a los del psicoanalista, armaron la broma. Eso eras vos, un repentista inigualable.

Después dejé de verte, aunque siempre he preguntado por vos. Cómo evitarlo si te seguía en cada jornada de El Parquímetro.

Fernando, también recuerdo que una vez, alguien me pidió que escuchara tu programa; acababa de regresar de mi larga estada en Italia y no sabía nada de vos. Bueno... lo hice, y cuando me preguntó qué me había parecido, le respondí: -Me gusta... pero más que él me encanta Palito, también ese tipo llamado Orestes Porelorti, y una mina, Milagros López...

Y quedé como un estúpido cuando me señalaron que todos esos personajes eras vos solo!

No podía creerlo, cómo ibas a tener la mágica ductilidad de cambiar tu voz al instante, para convertirte, también al instante, en todos ellos. No, aún creo que no puede ser!

Termino de escuchar a Nelson Castro... Pasó un tramo de un reportaje que te hizo. Cuando concluyó, agregó: -Desde hoy, los argentinos somos un poco más pobres sin Fernando Peña.

No hace falta decir más. O sí, falta que te agradezca las lecciones de creatividad que nos diste a todos.