sábado, 18 de septiembre de 2010

"QUESO BLANCO PARA ENGORDAR", POR MILAGROS BERMÚDEZ


Las palabras de mamá son el único track que suena en mi radio.

Felicidad, libertad y paz es lo mucho que me desea. Lo que no para de sonar en los parlantes de mi mente.

Bien grabadas, corrí a mi vocación e ignoré mandatos sociales.

Quizás sea más sencillo trabajar 8 horas, casarse si es posible, un perro en el jardín y visitar el mar cada enero.

Yo opto por vacaciones en mi interior y tomarme licencia de este mundo cuando la rutina me firma la renuncia a la infelicidad.

Prefiero el amor extra matrimonial. Los anillos salen con jabón. Las firmas nunca sellaron nada. A los vestidos los devoraron las polillas. Las lunas de miel no se repiten jamás. La noche de boda siempre perdió por corta con la larga rutina.

Prefiero sillones llenos de humo y de música, y libres de pelos caninos.

Radios de años remotos, compañía de gente muerta, que reviven con pilas que no venden ya.

Ni un paraguas en buen estado.

Placares de antiguas telas refaccionadas que vistieron otros tiempos.

Pañuelos en el cuello y no en las lágrimas.

Colores en esmaltes.

Falacias en potes de crema.

Computadoras viejas y fieles que permiten pulsar infortunadas poesías.

Libros nacidos en rancias imprentas.

Chicles de menta en bolsos.

Encendedores deshidratados en bolsillos.

Pasta una vez por semana.

Asado cada domingo en familia.

Caricias en mi pelo de Vicente mientras conversamos asuntos importantes. Mientras me explica la muerte como si fuese su sobrina y él mi tío.

Risas de Juan jugando piedra, papel o tijera. Sus ojos oscuros bien brillantes, su boca abierta masticando carcajadas. No sabe que gano por vieja y no por sabia.

El bar de Sarmiento casi Uriburu.

El sol de Flores. La luna de Palermo.

El sol de Palermo. La luna de Flores.

Muebles del mercado de Pulgas que nunca compré.

Siestas cuando el cielo se cansa de estar arriba y quiere caer.

Besos robados. Escondidos de los ojos. Escapados de las palabras.

Celulares sin tapita y sonido cool.

Música para el viaje guardada en el corazón, no en un pequeño reproductor.

Biromes con poca tinta y sin capuchones.

Cuadernos que no empiezan en la primera hoja, mucho menos terminan en la última.

Pastillas para la cabeza.

Rubias largas para la heladera.

Valijas nómades. Siempre listas para lo fundamental.

Revistas Gata Flora, Hecho en Buenos Aires, otras estúpidas para mujeres y las emancipadoras de Sociales.

Diarios del año pasado. Y del anterior.

Pilas y pilas de apuntes ganados y otros entrenando la mente para la final del mundo que se juega en Parque Centenario.

Queso blanco para engordar.

Mentiras light.

Recetas que nunca salen bien en la foto.

Armar y compartir con amigos.

Reír y repasar lo banal y trascendental.

Paquetes de fideos moñito en la alacena.

Capítulos de Friends.

Cajones de los recuerdos.

Muñecas quitapenas.

Radio y rock and roll.

Esa es mi felicidad. Esa mi libertad. Esa mi paz.

Play de nuevo al único track de mamá.

Ya lo aprendí a cantar. Me gusta saber las letras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Domingo.
Un placer compartir con vos.

MILAGROS.

Domingo Lupis dijo...

Mili querida, no voy a detener mi insistencia, hasta que publiques tu primer libro.

Besos