domingo, 2 de noviembre de 2008

CREATIVIDAD PARA RAZONAR MEJOR



Noches atrás, Alejandro Dolina dijo
que en vez de producir programas televisivos que muestran los defectos de la gente, sería bueno crear alguno que destacara lo mejor de ella. Pero da la impresión que los bloopers divierten y suman ratings. Son los defectos del otro los que disimulan los nuestros. Es una costumbre que, no sé por qué, tuve la suerte que no me acompañara a lo largo de mi vida. Ignoro por qué me disgusta tanto burlarme de alguien, y eso que vivo en estado de frecuente buen humor. Lo que no significa que no me agrade gastar chanzas o cargadas bienintencionadas, siempre y cuando, al lado de ellas, tenga más peso la admiración que me causa el destinatario de la mofa. Me permito bromear cuando quiero profundamente a alguien. Funciona como una demostración de afecto al revés, por el lado de la alegría y el estar contento (contenido) con su compañía. En estos casos, los cachondeos habilitan respuestas de parte del otro, es decir que tiene una oportunidad para replicarnos.

Dolina es un pensador sano, de esos que uno querría ser amigo. Nutre las neuronas de quienes escuchamos su programa radial todas las noches, lo que al mismo tiempo es una forma de amistad. Una vez le dije a Shams Faure –alumno de Tea y uno de los productores de La Venganza Será Terrible- que era un privilegiado, por estar al lado de un talento como el Negro Dolina.
Shams lo sabe y lo admira tanto como yo.


Resumiendo, Alejandro, a mi modo de ver, es un creativo exquisito, que maneja la ironía como categoría filosófica, estadio harto difícil de alcanzar en el humor. A ese lugar acceden sólo los grandes intelectuales; uno apenas puede quedarse maravillado con sus espontaneidades agudas para descifrar el mundo.

La práctica de la creatividad cotidiana puede llevarnos a mejorar el modo de razonar la vida.
Cuando uno posee algunas neuronas, no debiera permitirse juzgar livianamente. La semana que pasó fue un muestrario de opiniones ligeras sobre Diego Armando Maradona, en su mayoría. “Ahora va a tener que demostrar que sabe dirigir a la Selección Nacional”, dijo uno. “Maradona no es ejemplo de nada”, aseguró otro.

Error: Diego no tiene que demostrar nada de nada. La sola presencia del diez en la mente de los argentinos ya es un motivo de alegría. Él encarna el último coterráneo que nos regaló felicidad. Imagínense lo que sentirán sus compañeros de equipo. Por otro lado, Dieguito sí que es un ejemplo de vida. Alguien con defectos y virtudes, expuesto al mundo como nadie, capaz de reinventarse a cada momento. Ejemplo para indicarnos que podemos cambiar y tratar de ser mejores que antes. Maradona es el único apellido argentino que saben pronunciar los chinos, mientras a algunos ni siquiera nos conocen en la cuadra del barrio. Todos los diarios del mundo sacaron titulares con su designación para la Selección. “Maradona es soberbio”. Minga que es soberbio! Se hace para que lo dejen tranquilo! Hay que haber vivido en Italia para entender todo lo que este hombre significa. Allí es casi un semi dios; dónde está entonces la soberbia?

Los que juzgan livianamente por lo general son los usuarios de una religión que se muestra, que se exhibe, es decir la creencia convertida en superstición.
Voy a misa –para que lo vean todos-, luego llamo a la radio y me despacho contra el hijo de la Tota. Es la costumbre de quienes suelen irse en exterioridades.

“Malo me Galathea petit, lasciva puella/ Ei fugit in sálices et se cupit ante videri” La traviesa Galatea me tira una manzana/ Y huye a los sauces, mas cuidando que yo la vea.

En resumen, lo auténtico no es rumoroso. Me parece que garpa mejor el diferenciarnos por dentro
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