RELAJACIÓN CREATIVA CORPORAL

Recomiendo este video, a cargo del Dr. David de Prado Díez, sobre una de las variadas técnicas de relajación. Cuando emprendemos un proceso creativo conviene hacerlo con la mente y el cuerpo libres de tensiones, lo más que se pueda.

Hay ejercicios muy simples que dan buenos resultados. Por ejemplo, en TEA suelo pedirles a mis alumnos que fijen la vista en los bordes de la pared que tienen enfrente y que sus ojos los recorran parsimoniosamente, sin dar saltos, de un extremo al otro; aparte, les digo que se pongan de pie y traten de concentrar la mente para impedir que el cuerpo se ladee de un lado a otro (algo no tan simple de lograr), dándole la orden de permanecer quieto, como si se tratara de una estatua; luego, viene la distensión, la relajación, sentados, ayudados por una respiración profunda, no violenta, serenamente ejecutada.

Una querida amiga también me ha sugerido poner música antes de iniciar una clase; se trata de melodías que ayudan a calmarnos. Es más, provoca un estado de confianza y alteridad, porque ya sabemos que a veces cuesta estar con gente que no conocemos bastante.

Hagamos una prueba: Cierren los ojos, imaginen una pelota. Por un acto de la voluntad, aléjenla unos 50 metros; luego, intenten que el balón se acerque. Cámbienle el tamaño: ahora es una pelota gigante; píntenla con diferentes colores. Consigan que esa pelota disminuya de tamaño. Respiren hondo, cuenten regresivamente de 5 a O y abran los ojos.

De los cientos de técnicas orientales y occidentales, recomiendo una que podemos realizar en casa, mientras vemos tele. Buscamos una silla, nos acostamos en el suelo y enseguida colocamos ambas piernas sobre el asiento, a la altura de las rodillas, tratando de relajarnos. Es todo, vemos entonces un programa o una peli en dicha postura y listo. Al incorporarnos, notaremos que nuestro cuerpo se ha relajado.

Por último, si estamos por comenzar una tarea creativa, nos conviene antes salir a caminar, o darnos una ducha, o hacer algo que no tenga nada que ver con nada. El hemisferio derecho (allí vive el pensamiento divergente, la intuición, las emociones...) nos dará las gracias.