Pasarse buena parte del día en un estudio, haciendo actings para la gaseosa más conocida del planeta, puede llegar a ser muy divertido. Principalmente, cuando el director de actores hace excelentes marcaciones. Y, por sobre todo, cuando el ambiente que rodea esos momentos es cálido, amiguero, distensionado.
Uno llega a su casa reafirmando y reiterando la mejor sensación: saber íntimamente que siempre ha seguido la brújula de la vocación.
Ahora, una buena picada, un rico vino y... a descansar la cabeza con una
peli.
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