jueves, 2 de abril de 2009

INTELIGENCIA EMOCIONAL (ÚLTIMA PARTE)



Me ha conmovido ayer y hoy lo que en este posteo denominaré Inteligencia Emocional del Inconsciente Colectivo, me refiero a las manifestaciones de reconocimiento al Dr. Raúl Alfonsín.

Una querida amiga de mis afectos más íntimos, me decía que Raúl es un hombre que sacó lo mejor de cada persona. Se puede sentir marcado rechazo por algún político que mucho daño le hizo al país. Pero esos mismos, que estuvieron ayer en el Congreso Nacional, de golpe se transmutaron en mejores personas. Memorando anécdotas de la personalidad del líder radical, me enteré de que Ubaldini, con el paso del tiempo, al hablar del estadista, no podía impedir que sus ojos se llenaran de lágrimas. Y si el dirigente gremial que le hizo 13 paros estuviera vivo, habría sido el primero en reconocer nuevamente los méritos indiscutibles del ex presidente. Hasta algún ex mandatario innombrable llegó a conmoverme, y eso ya es demasiado.

También mi amiga marcó un detalle que se me escapó: ayer Argentina pareció vivir un nirvana de unión nacional. Ese estado de ánimo sólo pueden lograrlo hombres cuya presencia consiguen que arriemos las banderas de las diferencias ideológicas, incitando al sostenimiento de un noble modelo de vida. Son quienes nos invitan a pasar de la pobreza emocional a la riqueza de la inteligencia más pura. Esa que nos marca que vale la pena vivir enarbolando la decencia y el amor que nos impone la condición humana en transparencia.

2 comentarios:

María de la Paz dijo...

Hola Domingo,
Me acordé de vos un montón con esto de Alfonsín porque sé que le tenías gran admiración y cariño.
Creo que la muerte de este hombre nos conmovió a todos. Por mi parte, nunca había visto una movilización de gente tan grande.
En mi casa se acordaban por supuesto de cuando murió Perón y decían que había muchísima gente y que las flores daban la vuelta al Congreso y que miles de personas fueron a despedirlo.
También hablaban del regreso de la democracia, de cómo todos -no importaba a quién habían votado- salieron a festejar a la calle el triunfo de Alfonsín (excepto Monzón que, en casa de los Muñiz, puso la marchita peronista a todo volumen y no salió a celebrar con el resto de los vecinos). En Florida, todos habían ido a festejar a la Panamericana y los puentes estaban abarrotados de gente.
No recuerdo nada de esto, como quizá le pase a mucha gente de mi generación, porque éramos muy chicos.
Ver a toda esa gente reunida durante el funeral fue muy conmovedor. Me apena un poco pensar que ninguno de los mandatarios que sucedieron a Alfonsín podrá tener este reconocimiento, no supieron ganarlo. ¿Imaginás una movilización así por Mendez? ¿Y por Chupete? El matrimonio K tampoco parece candidato a un reconocimiento espontáneo de esta magnitud...
Creo que también en estos días nos lamentamos que con este hombre murió nuestra confianza en la clase dirigente y una vez más seguimos a la deriva, sin saber en qué creer.
Te mando un beso!

Domingo Lupis dijo...

Querida amiga:

Lo que te contaron tus papás sobre Perón es tal cual; hasta los granaderos lloraban. Son líderes indiscutibles; igual pasó con el fallecimiento de Evita.

Lo curioso de este acontecimiento, fue que Alfonsín no murió en momentos de cumplir con sus funciones como primer mandatario. Eso fue muy conmovedor, porque a su vez fue evidente que se estaba enviando un mensaje crítico a los K.

Hubo necios que cuestionaron la legitimidad de las expresiones de la gente. Quizá porque sus referentes políticos jamás tendrán un homenaje semejante cuando se vayan de este mundo.

María, con tus palabras me siento acompañado, por eso te agradezco de corazón tu entrada a este blog.

Un beso grande!

D