lunes, 27 de abril de 2009

CIRQUE DU SOLEIL. CERCA DE LA PERFECCIÓN, AUNQUE ¿LEJOS DEL ARTE?



-Haré un circo para grandes, no para chicos, dijo en sus adentros el creador de este espectáculo que tanto asombra a los espectadores.

Convocaremos a los mejores del mundo en su especialidad. Descartaremos a los animales; basta de camellos, elefantes o focas; es engorroso, caro, a veces despiadado... Eso pensó el canadiense Guy Lalibereté, junto a su socio Daniel Gauthier. Y lo lograron.

Es emocionante ver los diferentes espectáculos que presentan, como el estrenado hace poco, Kooza.

Más allá de la polémica, uno cree que el arte es lo que nos facilita la plenitud de pensar, lo que nos moviliza para cambiarnos la vida. Puede resolverse en un instante, o en un tiempo indefinido o abolido, que nos lleva quizá al descubrimiento de nuestro espíritu, en una dialéctica dinámica con el pensamiento.

Pero, vamos, disfrutemos un rato de gente que se pasó años haciendo lo mismo todo el tiempo, para conseguir un rango de perfección corporal. Muy válido, aunque a veces haga confundir las ideas acerca de cuándo estamos frente a un hecho impregnado de arte.

El número circense que subo en el posteo de la fecha da cuenta del triunfo del cuerpo, por sobre el pensamiento. Y está ok! Nadie va al Cirque para pensar, sino al revés.

Eso sí, como decía un tío mío, no confundamos tocino con velocidad.

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