lunes, 6 de abril de 2009

LA ENTROPÍA MENTAL



Los seres vivos sufrimos un natural proceso de entropía, que es todo tránsito de degeneración física, material y mental.

¿Qué pasa si dejamos una naranja al aire libre, por bastante tiempo? Se pone verde (se llena de moho), se pudre.

La entropía, denominada mental, deviene de la estupidez, sostienen algunos autores. Es la incapacidad de aprender, de ser permeable a una información de utilidad; la nulidad para actuar de modo inteligente.

Bien, cómo podemos demorar ese proceso de envejecimiento. Pareciera que a través de la creatividad. Porque ella devora la entropía. Si suelto un vaso y cae al suelo, probablemente se haga añicos; no será posible volver a armar los pedazos y conseguir que quede igual que antes; ésta sería una explicación muy simple de lo que ocurre con los fenómenos entrópicos, cuya fórmula pareciera ser: perder-perder.

El inventor Yoshiro Nakamats –tiene en su haber un invento por día- ya pasó los 80 años. Trabaja con su equipo de científicos para que el hombre supere los 140 años. No estamos infiriendo que la fórmula para la longevidad sea el estado de creatividad permanente. Pero, no hay dudas de que intentar cosas nuevas todos los días, por mínimas que fuesen, nos conferirá un antiestrés que valdrá la pena; al menos ayudará al mantener un saludable tono muscular, entre otras cosas positivas.

Este juego de experimentar algo distinto todos los días, conlleva beneficios. No hablamos de grandes experimentaciones; vamos, ni calvos ni con dos pelucas.

Recordemos cuando hablábamos de los fenómenos emergentes, que se producen en todo nuestro ser, no sólo de nuestro cerebro. Si no hago nada, ellos aparecen desordenados. En cambio, si experiencio se unifican de golpe.

La clave quizá vaya por el lado de convertirse en hacedores; en otras palabras, sumar creatividad, para darle valor agregado al paso del tiempo... y quizá, demorarlo.

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