Así decía un viejo amigo, remedando a los que piensan que las cosas son simples de lograr: -No vas a vender un misil intercontinental o un piano por día?
Que si es fácil de hacerlo estamos hablando de un commodity; pero las ideas -para colmo intangibles- deberían ser planteadas a la escucha de otros de modo tal que en el camino no aparezcan ruidos.
Ayer, en TEA, mis alumnos presentaron ideas para un posible programa de radio, no uno del montón sino uno que haga decir guauuuu! PERO LUEGO TUVIERON QUE VENDERLAS A SUPUESTOS EMPRESARIOS DE PRIMERA LÍNEA (HICIMOS UN JUEGO DE ROLES BASTANTE CHISPEANTE). Y EXPLICAR POR QUÉ A SUS EMPRESAS LES CONVENÍA AUSPICIARLOS. Eso mismo es la real realidad.
Es la prueba de fuego (no tanto la idea en sí misma, aunque hubo un par de propuestas que parecieran haber salido de mentes brillantes.) El momento de la verdad es entonces cuando nos toca someternos a exámenes de terceros. Qué argumentamos, cómo salimos avante frente a objeciones, en fin, es tal cual un trámite de escarceo para conquistar un nuevo amor. Mirá que hay que remar y remar, viejo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario