domingo, 14 de septiembre de 2008

OTRAS HERRAMIENTAS CREATIVAS



Ya hemos hablado de las tradicionales herramientas que disparan el gatillo de la creatividad: brainstorming, sinéctica, biónica, seis sombreros para pensar, googletorming, mind mapping, ejercicios de visualizaciones…

A ellas, podemos sumar los 33 procesos para hallar una idea creativa: construir; eliminar; hacer, deshacer; asociar; generalizar; comparar; enfocar; expresar en palabras; visualizar; poner una hipótesis; definir; diseccionar; simbolizar; simular; manipular; sustituir; combinar; separar; invertir; distorsionar; rotar; aplanar; abstraer; traducir; ampliar; estirar; apretar; transponer; unificar; reducir; exagerar; minimizar.

Más allá de esas técnicas, es recomendable buscar nuevas costumbres. Cambiar la hora de dormir, invertir nuestro recorrido diario, hacer nuevas amistades, aprender juegos diferentes, leer todo lo que cae a nuestras manos, tomar notas, registrar ideas y guardarlas en nuestro banco de ideas, adivinar el futuro, recordar anécdotas jugosas. Explorar ciudades, personas, calles, paisajes; mirar las estrellas; probar nuevos platos, dibujar, aprender un nuevo instrumento musical, pintar, bailar, escuchar una canción mientras esperamos que las musas aparezcan, aprender a cocinar un plato salado y otro dulce…

Vale mucho detectar también la necesidad de producir los cambios para optimizar nuestro carácter. Pues todos poseemos una pantalla mental en donde podemos proyectarnos y ver allí lo que nos disgusta de nosotros mismos..

SIN MIEDOS ES MEJOR.


Sacudirse el miedo a cambiar. Porque a veces pensamos que nos demás dejarán de legitimarnos y nos abandonarán. Es una angustia que no lleva a ningún lado.
El miedo al fracaso es nocivo. Podemos a la vez forjar la idea que la vida está repleta de fracasos, pero que aprendemos a través de ellos. Recordar que nada falla tanto como el éxito, porque de él no se saca nada…

Y lo peor es el miedo existencial, angustia bastante indefinida que nos hace vivir sin base de sustentación interior.

Bien, como todos tenemos un poco de lo señalado, quizá convenga soplar esas inseguridades hasta que desaparezcan. Creo que uno está en mejores condiciones de conseguirlo cuando hacemos cosas, cuando iniciamos una acción, cuando intentamos algo diferente.
Una anécdota: cierta vez, mientras trabajaba para una conocida empresa, cometí un error, nada grave, pero me sentí mal. Y me angustié de lo lindo. Mi supervisor me dijo, al verme preocupado. –Vamos, está trabajando, por eso se equivoca. Si no hiciera nada, seguramente todo saldría bien…

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