domingo, 28 de diciembre de 2008

EL EQUILIBRIO ENTRE LO SUBLIME Y LO RIDÍCULO



El creativo publicitario
–sólo de él hablo en este posteo- tiene la responsabilidad de hacer prognosis, es decir prever anticipadamente los resultados de su labor. Porque no es suficiente hacer un buen spot, gráfica, jingle, o el soporte que fuere dentro de un plan de medios. Hay que saber dar un paso extra e imaginar la reacción del público, tarea intuitiva que nunca resulta simple, porque demanda alejarse la enfermedad de los tontos, que es ni más ni menos que la incapacidad de autocrítica.

En los últimos tiempos he recibido algunos saludos que sólo los entiende quien los redactó. La pregunta es: no hubo nadie alrededor para que chequeara si pasaba el umbral de la comprensión?

Solemos escuchar comerciales radiales que están correctamente redactados,
y que además bajan un concepto claro. Sin embargo, taladran el oído cuando uno los oye, porque el acting se desfasó, los actores no cuidaron el know how; luego, queda taparse las orejas para no volver a oirlos. Una lástima, porque marchaban bien hasta que fueron al estudio de grabación con actores que nadie dirigió debidamente.

El modo de decir es lo que hace posible conquistar a una mujer; un piropo mal dicho no seduce porque la actitud falló. En cambio, una tontería expresada con todas las de la ley, saca una inmediata sonrisa. Bien, la publicidad es el escarceo para la compra. Sí, hay que coquetearle al prospecto.

Termino de componer un jingle para una institución pública, asunto delicado. Tenemos la letra y la melodía. Ok, ahora viene lo difícil: a cuál género musical apelo? Otra pregunta: el cantante empleará una voz natural o exagerará el timbre? Leo la letra, memorizo la música, vuelvo a hacerlo varias veces. De golpe, la clave aparece como una ecuación matemática: dada la letra, multiplicada por la música… el resultado es… un rock, cantado naturalmente. Por qué un rock? Por un lado, la letra lo pide a gritos. Por otro, el target será la provincia de Buenos Aires, territorio rockero con mayúsculas. Todo cierra bien. El equilibrio se produjo. Resta ir al estudio de grabación y controlar que nada esté de más.

Prognosis:
necesitamos alrededor de mes y medio para que el público se familiarice, aprenda la letra y haga suyo este trabajo. Da para que alguna vez sea cantado en la cancha? A full! Listo, los riesgos han sido acotados.

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