jueves, 5 de junio de 2008

AUTODIAGNÓSTICO FODA


Vayamos por el principio: FODA es una sigla que significa Fortalezas- Oportunidades- Debilidades- Amenazas.
Es excelente herramienta para fomentar una mirada que analiza la competitividad. Especie de narrador omnisciente de una novela o un cuento–sabe qué piensan los personajes, que sienten, hacia dónde van- ofrece un cuadro de situación realista, instalada en el aquí y ahora.
De esta radiografía a conciencia será posible establecer una carta de navegación o corregir algún defecto que afecte a todo el desempeño de una empresa, organización, producto, servicio.

Tan interesante como lo supradicho es el AUTODIAGNÓSTICO FODA, que cada uno puede diseñar a rajatabla. Para corregir el rumbo del propio desempeño diario, para modular mejor nuestro proyecto de vida.
Pero requiere la mediación de una sinceridad implacable para que salga bien; no vale engañarnos, algo que habitualmente solemos hacer desaprensivamente.

Sin duda que hay factores internos y externos que afectan nuestro desempeño. También es cierto que podemos convertir una desventaja en una oportunidad.

Todos, repito, todos los seres vivos tenemos Fortalezas para exhibir, devenida de nuestra personalidad, nuestro modo de ser, nuestra genética. Es importante entonces tomar la decisión de verla por escrito en una hoja o en la pantalla de la compu; plasmarla en un breve relato al estilo: mi fortaleza es que soy bueno para la música; o soy bueno para las matemáticas; o me llevo bien con la literatura.

Cómo saberlo? Es que uno no se autoengaña? Uno no se equivoca? Claro que sí. Pero internamente, subjetivamente, desde muy joven cada cual se va dando cuenta de cuál es la horma de sus zapatos.
Supongamos que es una verdad incontrastable que somos buenos para la música, es decir que esa es nuestra Fortaleza. Seguimos así el segundo paso: averiguar, colegir cuál pensamos serán nuestras Oportunidades. Podríamos escribir: dado que estoy dotado para la música, procederé a estudiar algún instrumento y luego me decidiré por la composición, el canto, la dirección orquestal, en fin, el universo de dicha disciplina es infinito.

Ahora pasemos a Debilidades. (Esto sí que es difícil, digamos que es la parte fea, la cara menos atractiva). Bien, descubrimos que una de nuestras debilidades es que no tenemos constancia para el estudio, que somos músicos intuitivos y que con eso es suficiente, que somos dispersos para asumir una responsabilidad… Y que por lo tanto seguiremos en esa postura, porque a mucha gente la ha ido bien.

Finalmente, llega el turno de Amenazas. En este sector descubrimos que la falta de formación académica puede llevarnos a hacer agua en nuestros propósitos. O que tardaremos mucho más tiempo en poder definir cuál será nuestra ventaja competitiva.

En resumen: todo vale, todo sirve si por conclusión alcanzamos a deducir que seguiremos nuestra vocación, contra viento y marea. No estaría nada mal, mejor dicho, sería excelente si nos sirviera para proyectar un camino, el propio, el de las íntimas convicciones inefables. Porque la vida es demasiado breve. Y saber quiénes somos es un estadio que vale la pena averiguar. Nos ayudará a encaminar una existencia propia, no ajena. Y desde aquí, tal vez consigamos levantar lo mejor que podemos lograr de nosotros mismos.

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