viernes, 16 de enero de 2009

CREATIVIDAD Y LOCURA



Charlaba hace un par de días con un amigo, de la creencia instalada en ciertos ámbitos, sobre los puntos de encuentro entre las dos polaridades que se desprenden del título de esta entrada. Y le decía que hay que estar bien cuerdos para poder disfrutar del momento en que nos disponemos a concretar alguna acción relacionada con la creatividad. De no ser así, los costos que se pagan serán harto caros.

No es necesario ser raro. Quiero seguir la senda de los raros/ Que seguir los vestigios de la plebe/Acarrea perjuicios harto caros.

Diferenciarse no implica ser raro ni loco necesariamente. Quizá signifique tomar otros rumbos no tan comprendidos o aceptados.

-Soy músico…

-Ah, sí? Y de qué trabajás?,
dice el conocido chiste popular. O, soy actor. O, soy creativo publicitario.

-Ah, sí?

-Sí, trabajo en ideas que servirán para aumentar las ventas de un producto.

-Cierto? Dígame, es algo así como enroscar la víbora?


-Tal cual, aunque honestamente. Es un juego de oferta y demanda. Como la religión… Aunque no prohíbo los moteles, como lo hace el Vaticano en Italia
.

-Y dónde hacen la "mala palabra" los cristianos impúdicos?

-En las rutas, claro. Por eso algunas marcas de automóviles italianos vienen con asientos que se transforman en cama.

La creatividad toca a 6.700 millones de habitantes, pero no es tan sabido porque no conviene. No hay modo de evitar la creatividad, está en uno desde que nacemos. Luego, en el camino, la vamos perfeccionando. Y algunos llegan al mundo con más capacidades que otros, es odvio, (como decía uno que se hacía el que hablaba bien). Lo que no es garantía de nada.

El Loco Benito, al cual me referí en posteos anteriores, durante una larga sequía que afectó a la ciudad de Reconquista hace decenas de años, destapaba los botellones en los que se guardaba el líquido, almacenados en la despensa de su casa. La mucama le preguntó por qué hacía eso. Benito contestó: -Quieren que llueva pero no dejan que el agua se evapore…

El equilibrio de un creativo está cuando comprende que destapando botellas lo que hace es tapar el cielo con un harnero; en otras palabras, radica en entender que no sirve de nada. Como tampoco es necesario cortarse una oreja para ser Vincent van Gogh. O tratar pésimo a la esposa, como Einstein. En resumen, no es obligatorio ningún estado de locura.

Ahora, muchos tipos brillantes sufrieron frente a la incomprensión de los que ven que si no ganás plata seguido sos raro. Entonces se volvieron neuróticos, como mecanismo de defensa. Una pena no haber vivido en la antigüedad, cuando esa misma gente era la favorita del rey; es de presuponer que la propia aceptación social les devolvía la perdida (y pretendida) normalidad.

-La filosofía no sirve para nada, le dijo un cristiano al filósofo. Y éste le respondió:

-Verdad, porque la filosofía no es sirvienta; es señora.

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