Así es, paisano amigo; a alguien se le ocurrió bautizarla técnica Niké o Just Do It, apelando al slogan del famoso calzado deportivo (iba a decir zapatillas, pero recordé que el marketing se las sabe todas y las rebautizó. Como al borracho, que le dicen pasado de copas. (Guá, Gorosito viejo y peludo, no andás en chiquitas, avisá…!)
Si bien es cierto hay técnicas de creatividad que duran lo que amor de monja, no es menos cierto que, por tan evidente, pocos prestan atención a esta herramienta que paso a detallar, con permiso de vuestra merced.
Sí, sólo hazlo refiere a… ni más ni menos que buscar una devolución, una segunda opinión. Chifladuras!, dirá alguno. Es al ñudo!, vociferará otro. Pero es tal cual; tenés una idea, la comentás con alguien y viene al toque una devolución. Un reintegro cualquiera, algo que dijo el otro al pasar, inclusive algún dislate; un agregado que suministró sin darse cuenta (o sí), el ida y vuelta es una técnica creativa fenomenal. (En este mismo blog hay ejemplos de personas que hicieron comentarios grossos acerca de un planteo puntual.)
Ahora, por qué uno suele desperdiciar esta ocasión? A veces se trata de un orgullo mal entendido, o de no dejar inmiscuirse en los asuntos propios, o también puede tratarse de una minusvaloración hacia el que podría ayudarnos.
Creo que hay que bajar un cambio y comenzar a escuchar con más atención. En lo personal no recuerdo una sola vez que no me haya dado resultados.
Hasta al encargado del edificio podrías pedirle que te comentara si el trabajo creativo que terminás de hacer se entiende. A veces, cuanto más ignorante sea tu frontón, mejor. Porque no está contaminado como nosotros.
Probalo por las tuyas, vas a ver que resulta. Just do it es la técnica más rápida de todas.
Sentate, dejá el rebenque arriba de la mesa y tomate unos verdes. Vas a exclamar como el exagerado al que le sirvieron uno espumoso: -Esto no es un mate… es un almuerzo!
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