miércoles, 25 de febrero de 2009

PAREN QUE ME QUIERO BAJAR...



Este cantaor de flamenco y soul latino, cuyo sobrenombre es Pitingo, demuestra cómo la actuación en vivo lo mata, lo hace añicos, inclusive al coro y los instrumentistas que lo acompañan. Suele pasar con muchos artistas que en estudios de grabación se las arreglan muy bien; este español ha conseguido un éxito con Rosario Flores, a quien respeto en serio.

Siento admiración por aquellos artistas que suben al escenario y todo les sale como si estuvieran grabando con Pro Tools. Es que el vivo es la hora de la verdad. En estudio, hasta uno ha tenido el descaro de cantar y las desafinaciones propias han sido corregidas mágicamente por esa ultramoderna estación de audio y midi. (Y eso que no puedo cantar ni las cuarenta, a pesar de mi excelente oído musical, don de nacimiento y no cualidad personal trabajada).

Para los que no están en tema, Pro Tools corrige las imperfecciones, tanto vocales como instrumentales. Por ejemplo, tengo que comenzar una canción en una nota Do… y la desafino tanto que pareciera estoy dando un Do calado, a punto de convertirse en Re; una vez que finaliza la sesión, le ordeno al equipo gauchito que corrija y lo hace: saca un Do que es una pinturita. Así cualquiera… Ahora, subir a un escenario es otro cantar, hablando de esto mismo.

¡Los fanáticos aplauden a Pitingo a morir! Lo que confirma una vez más que la caterva no escucha al artista, no lo analiza, no sabe por qué le gusta. Son fanas porque sí. Fenómeno parecido al amor difuso o a las creencias atávicas irracionales, muchas de las cuales demuestran una ignorancia supina, difícil de educar. Y ese yerro luego impedirá entender por qué Luis Alberto Spinetta es uno de los más grandes (o quizá el más talentoso) músicos argentinos. Hasta una famosísima cantante nativa dijo que el flaco no le gusta porque no encuentra el estribillo de sus composiciones. Y eso que ella ha subido al escenario de los mejores artistas nacionales y extranjeros. ¿Qué le queda pensar entonces a la horda?

Uno no está pidiendo perfección, menos en vivo, pero hay ciertas cosas que no pueden admitirse.

¿Será por eso que cientos de artistas hacen playback o llevan pistas como soporte instrumental? Para eso, voy y me compro el Cd y chau pinela ¡Qué lo tiró de las patas!(¡Muy moderno me puse!)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Domingo
Cuando me contaste esto de que con estos modernos softs cualquiera canta como Pavarotti lo primero que se me ocurrió fue: ¿por qué entonces Susana Giménez no los usa y sigue cantando tan mal? Claro que Susana TIENE que desafinar, sino perdería el encanto, ¿no? Es como si Mirtha dejara de interrumpir a la gente o Tinelli dejara de hablar a los gritos.
Me gustaría que un día hables de cómo se vende un personaje. ¿Puede ser?
Besos!

Domingo Lupis dijo...

María, creo que dije que el desaparecido Pavarotti no habría podido cantar jingles, salvo alguno que sea específicamente referido a una composición que requiriera esa voz. Porque el matiz vocal de un cantante de música comercial es otro; lo expresé en ocasión de comentar que no cualquiera se anima a ese oficio, pues tiene sus reglas bastante claras. O sea, por más buen cantante que alguien sea, caso Luciano, el jingle pide otro ángulo expresivo. Es un tema para desarrollar in extenso. (Pavarotti hizo algo mejor que cantar música comercial, obvio.)

Yendo a Susana Giménez, claro que la afinan con un soft. Pero ella no se dice cantante, lo hace sólo en ocasión de sumar algo más a su programa. Ella no vende discos con su voz ni se presenta en escenarios como Rock In Río (video que viste).

Te cuento algo más: Charly García o Fito no cantan bien, y vaya paradoja, está Ok. No necesitan cantar tan tan bien. Eso sí, expresan como los dioses. Y no se van de tono como el video que he mostrado. Pitico no debería cantar algo que no está en su natura. Quizá haga bien el flamenco. Lo que sí debe hacer un artista es ensayar más y gritar menos. Porque el color de voz del español no es malo.
Mi posteo de hoy refiere a que un artista se ve en la cancha. Y la cancha es precisamente el escenario, no el estudio de grabación, solamente. Porque ahí, hasta yo he cantado (pésimo) con el beneficio de la técnica.

Prometo escribir el interesante tema que me propusiste: Cómo se vende un personaje.

Gracias, porque ayudás a ampliar los contenidos. Son temas con muchísima tela para cortar.

Besos