-Culmina de dilucidar ese pasquín y obtura la fosforescencia lumínica… (dejá de leer el diario y apagá la luz). Así ordenó el formoseño chinchudo a su compa, que dormía en la cucheta de abajo y en ese momento leía a lo pavo una novela; pasó de verdad, lo digo por la luz que me alumbra. Y el pícaro le contestó: -A vocablos proferidos por mentes estultas, pabellones auditivos en estado letárgico. (A palabras necias, oídos sordos).
Y otro se hizo más el finoli, doblando la apuesta: -“H2O que no has de ingurgitar, permítele que discurra por su cauce natural”. No era más directo expresar Agua que no has de beber, déjala correr?
Peor aquel que se dio dique así: -A equino objeto de obsequio no se le escudriñan los incisivos, por advertir que a caballo regalado no se le miran los dientes.
La entrada de hoy refiere a la necesidad de bajar conceptos claros, simples, fáciles de entender. Es la única posibilidad de que la gente le preste atención a un aviso publicitario.
Recordar que demasiada creatividad suele jugar en contra.
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