martes, 8 de julio de 2008

EL ÉXITO ATRAE AL FRACASO?


Dicen que no hay nada peor que el éxito, porque de él no se aprende. Esto no quiere significar que vayamos a por el fracaso. Nada que ver, sólo que se nos está anunciando la prudencia con la que deberíamos manejarnos, una vez que disfrutamos las mieles de esos recreos en que la vida sonríe. Pasa que es muy común cegarnos, creer que todo será para siempre. Empezamos a nublarnos, no escuchamos lo que dicen los demás, total nos va bien.

Los emperadores griegos, durante una carrera de cuadrigas, iban acompañados de esclavos con la obligación de decirles al oído sé humilde, sé humilde, como memento que recuerda los pies de barro.

Con los proyectos empresarios pasa igual. Te va bien y enseguida te obnubilás. Creés que en ring side no hay nadie más. Hasta que de golpe aparece Mike Tyson… y ahí te quiero ver. Como dijo Ringo Bonavena, te sacan el banquito y te quedás solo...

Tengo simpatía por Tom Monaghan, el que ideó Domino”s Pizza. Este hombre tuvo una táctica fulminante: Entregaré la pizza en 20 minutos o no te la cobro. Además, se convenció de que sólo debía vender pizzas y de que esa decisión les complicaría la vida a los competidores, que aparte de pizzas vendían gaseosas, tortas y menudencias. Claro, suponía atender a diferentes proveedores, pérdidas de tiempo, ganancias para otros más que para uno. Pero, del éxito de quedarse jugando en primera, entró en una suerte de megalomanía. Y fracasó.

Tom cayó en la trampa del yo lo puedo todo. Comenzó a vender pizzas congeladas al por mayor. Luego, se arrepintió, al ver que no resultaba. Y regresó al camino que sí conocía a la perfección. Fue humilde, fue humilde…

La clave es entender que Monaghan no vendía únicamente una masa redonda, hecha con harina leudante o levadura, queso, salsa de tomates y jamón. Vendía un concepto irrefutable: me traen a casa una rica pizza en 20 minutos o no la pago!

Lo peor de lo peor: cuando pasás por momentos exitosos, dejás de conversar, de caminar la empresa, de escuchar las voces de la calle. Por eso, dicho sea de paso, las muñecas Barbies sobreviven porque venden un concepto vinculado a las emociones. Entonces, no resultan modas pasajeras y marcan tendencias.

Sé humilde, sé humilde…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ive read this somewhere else.


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