domingo, 1 de febrero de 2009

VOCACIÓN



Cervantes fue a la guerra y perdió una mano… y con la que le quedó pudo escribir uno de los libros más valiosos de la historia. Siguió su vocación, y produjo la obra maestra de todos los tiempos.

Hay un momento en la vida, creo es así, en el que una demanda interior nos indica cuál es el camino que nos hace apasionadamente feliz. Por eso todas las vocaciones son lícitas, incluso la de ser cura, lo digo sin ironía aunque parezca una broma. Fui amigo de un cura que llegó a obispo, precisamente monseñor Vicente Zaspe, de Santa Fe, uno de los escasos clérigos que no dieron vergüenza durante la nefasta dictadura militar. Y uno de los pocos al que no mataron.

2009 es un año para dejar de perder tiempo y seguir nuestra vocación a full. Anteayer una querida amiga me pasó un dato escalofriante: hacia final de este año tendremos una desocupación que puede llegar a rondar los 250.000.000 de parados en todo el mundo. Hago aquí un recreo para darle lugar al jolgorio de los que íntimamente piensan que a ellos no les va a pasar. Parece que no escucharon ayer las palabras de Obama: la situación es peor de lo que imaginamos.

Vean, amigos, no es un alocado fatalismo del escriba de este blog! Al revés, es una preocupación en el sentido real de esa palabra. Porque ya en 1996 me animé a presentar en el Foro de Diálogo In Between –Colonia, Alemania- un proyecto denominado EL DESARROLLO DE LAS POTENCIALIDADES CREATIVAS EN INSTANCIAS RECESIVAS. No quise quedarme de brazos cruzados. Allí desarrollaba la tesis que había una urgente necesidad de enseñarle a la gente a sacar de sí misma su potencialidad creativa (ex ducere) para volcarla en actividades que nada tienen que ver con los trabajos tradicionales. Puesto que se están terminando muy rápido!

El viejo chiste veo una luz en el fondo del túnel… es una locomotora que viene en sentido contrario, no es para tomarlo a la ligera. El fin del trabajo, escrito por Jeremy Rifkin (un año antes, es decir en el 95) preanunciaba la extinción laboral por el avance de las nuevas tecnologías. Pero hoy es peor, se le suma la debacle económica que afecta al planeta.

Hagamos un ejercicio de día domingo: imaginemos que la economía mundial estuviera en su esplendor. La nota de hoy no refiere precisamente al trabajo común y corriente sino a la vocación existencial. Sea cual fuere la realidad, con más razón vale la pena seguir los instintos del alma. Porque sabemos que el alma es ni más ni menos que la conciencia de sí mismo. Y está alojada en los hipocampos del cerebro. (Mentira! El alma es lo espiritual! Apóstata! Que te parta un rayo!).

Gracias. Ya me partió un rayo.

Volviendo a las cosas terrenales, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y en el país de los ciegos el tuerto no es rey. Al tuerto lo matan.

Aquí no estamos ejerciendo el papel de profetas, no nos da el cuero para eso. Tampoco es necesario un profeta: lo real está a la vuelta de la esquina, o más cerca aún. Sólo manifestamos que es un momento sublime éste que nos toca vivir, para intentar seguir con nuestras vocaciones. Porque es lo que mejor haremos para nosotros y los demás.

No es fácil, no es un elixir, hay que animarse y tirarse al río que seguro no nos vamos a ahogar…. Aunque les garantizo que tragarán un poco de agua.

Los que hemos seguido nuestras vocaciones durante décadas, hemos pasado por buenas, malas, terribles, miliunanochescas circunstancias. Conocemos la suerte y el tujes de la taba. Y mirando bien hacia atrás, vemos que el resultado no fue tan malo, finalmente. A pesar de haber escrito la novela de nuestra vida con una sola mano, en múltiples ocasiones...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

DOMINGO!SABÉS QUE CREO FIRMEMENTE EN LO QUE DECÍS SOBRE LA VOCACIÓN. EN ESTE MUNDO EN EL QUE PARECE QUE LOS NÚMEROS PREOCUPAN POR SOBRE LAS PERSONAS, EN EL QUE NOS MANEJA EL DINERO EN VEZ DE NOSOTROS A ÉL, LO MENOS QUE PODEMOS RESCATAR ES NUESTRA FE EN NOSOTROS Y NUESTROS SUEÑOS. SABÉS QUE TE QUIERO, AMIGO!
GUADA

Domingo Lupis dijo...

Pero claro, Guada, si trabajás en lo que amás, jamás vas a trabajar. Lo que significa que toda tu vida estará envuelta en un estado de plena satisfacción, porque nunca vas a arrepentirte de tus sentimientos auténticos.
Aparte, como decía Olmedo, la plata va y viene; lo que no va y viene es el descontento existencial de estar haciendo algo a disgusto.
Gracias por acercarte a mi blog, querida amiga!