viernes, 6 de marzo de 2009

ASÍ NOS VA, ASÍ NOS VA...


Por Alicia Fardel, Profesora Colaboradora de Investig'Action Bélgica

Le vamos a contar algo muy llamativo que está sucediendo en
Argentina desde hace varios años... En el final de este
comentario introductorio, daremos a conocer una cifra que se
desprende de esta historia que a más de uno va a dejar
helado... Se trata de un tema poco difundido en los medios
masivos.
En realidad, es más probable que aparezca en el National
Geographic que en nuestra TV abierta... Sin embargo,
insistimos, al final, llegaremos a un número que nos
dejará atónitos.

Por estos días, la prensa argentina e internacional se
ocupa extensamente de lo que está ocurriendo en Punta
Tombo, Chubut, donde miles y miles de pingüinos llegan
hasta esas playas cercanas a la Península de Valdez...Los
llamados pájaros bobos son la atracción para visitantes
argentinos y extranjeros...De todas formas, desde hace ya
varias temporadas a estas pequeñas criaturas de 50 cm de
alto les surgió una 'competencia' que está
alterando el mapa de las aves patagónicas... Los albatros y
las gaviotas se han multiplicado de tal forma en esa
geografía nacional que algunos biólogos del CENPAT (Centro
de Estudios del Medio Ambiente Patagónico) están
estudiando de dónde proviene semejante cantidad de
ejemplares alados...A lo largo de todo el gigantesco golfo
San Jorge y en localidades pesqueras aledañas de Chubut y
Santa Cruz, los habitantes del lugar ven el cielo
oscurecerse cuando las bandadas terminan literalmente
tapando al astro rey....

¿De dónde salieron?¿Por qué son
tantos?, se preguntan... Usted, con razón, también se
puede preguntar: ¿y esto que tiene que ver con nuestra
realidad? Ya llegamos, esté atento a la cifra que le vamos
a revelar...Estos gigantes del aire despegan hacia el mar en
busca de comida... Los científicos dicen que cada día
encuentran más comida, por eso se reproducen tanto, por eso
son cien veces más que en los cercanos años noventa...
cien veces más. Resulta que tanto los albatros como las
gaviotas encuentran cientos de toneladas de peces muertos
muy cerca de la costa.. ¿Es la contaminación?

¿Es un fenómeno natural? No, es simplemente Argentina...

El secretario de agricultura, ganadería y pesca de la
Nación , tuvo una desastrosa idea: retirar los inspectores
que iban a bordo de los pesqueros y los fresqueros que
buscaban langostinos, cambiándolos por meros
'observadores', con un casi nulo poder de
policía... Este hecho coincidió casualmente (o no tanto)
con otras dos situaciones desgraciadas...1. La Comunidad
Económica Europea expulsó de sus mares a los buques
congeladores que eran altamente depredadores.... Ante la
imposibilidad de trabajar en el viejo continente, las
grandes empresas españolas emigraron hacia Argentina, donde
la depredación es una palabra desconocida, casi sin uso.2.
Las autoridades provinciales de Santa Cruz y Chubút en los
noventa completaron el círculo permitiendo a las naves
factorías foráneas a tirar (sí, a tirar por la borda)
aquel pescado que no les conviniera...Desde entonces, los
buques que buscan langostinos sólo se interesan por esta
especie, que cuesta en el mercado internacional 18 dólares
el kilo… Escuchó bien, casi 60 pesos el kilo...Por ello,
arrojan al mar la merluza, el cazón, el abadejo, las rayas
y hasta el salmón que caen en sus redes. Como la merluza es
un predador del langostino, ejemplares de muchísimo kilaje
quedan atrapados, son llevados a la cubierta y luego
arrojados al mar...Como estos peces viven a 80 o 90 metros
bajo la superficie, una vez subidos al barco mueren por una
normal diferencia de presión...Aunque sean devueltos al
océano, ya están muertos..

¿Quién se los
come? Acertó...los albatros y las gaviotas....¿Sabe
cuántas toneladas de merluza tira al mar cada uno de estos
barcos de 40 o 50 metros de eslora? 10 toneladas diarias...
10.000 kilos... Siga sumando con nosotros...10.000 kilos por
día, sólo de merluza (no estamos contando centolla, ni
abadejo, ni cazón, ni salmón, ni nada de eso) hay que
multiplicarlos por la cantidad de barcos que salen a buscar
langostinos. ¿Sabe cuántos son, cada día, sólo en esa
zona? Nunca menos de cien... Multiplique, cien barcos, que
tiran diez mil kilos de merluza, son un millón de kilos de
pescado arrojados al mar cada vez que sale el sol....¿Sabe
cuántos argentinos podrían comer estos manjares gratis
cada día? Un millón de compatriotas, que dejarían de
tener hambre, porque un kilo de excelente pescado es un
regalo de los dioses...¿Sabe cuál es el país que tiene la
mejor educación y la tecnología más avanzada del mundo?
¿Sabe cuál es la base de la comida nipona? No es el arroz,
como nos hacen creer....es el pescado.

¿Hace falta detallar
las virtudes que les traería a nuestros chicos alimentar
sus cerebros con fósforo de nuestros mejores ejemplares
marinos? Estos números que causan vergüenza fueron
denunciados una y otra vez por los marineros no nucleados en
el SOMU, el sindicato que dirige el impresentable
'Caballo' Suárez, ese irresponsable titular del
gremio marino que se emborrachó en medio de una gira de
Cristina Kirchner por Europa, generando un escándalo que
motivó que lo sacaran de la delegación...La oposición a
Suárez les ha implorado a los empresarios, a los
gobernadores patagónicos y a las autoridades nacionales,
que terminen con esta depredación del recurso y que
alimenten a la gente pobre, que también existe en el sur de
nuestro país.¿Saben cuál fue la respuesta de los dueños
de las pesqueras españolas? Tratan de no contratar personal
de a bordo argentino, optando por peruanos y bolivianos que
no se quejan de la depredación, porque, total, la
plataforma continental no la sienten como propia.¿Saben
qué contestan los políticos argentinos? Les bajan los
impuestos a las ganancias para que ganen más y no sigan
protestando. Hace pocas semanas, los marineros opositores se
rebelaron y quemaron varias plantas de procesamiento en
Puerto Deseado. Uno de los pedidos, además del salarial, era
que dejen de tirar pescados muertos al mar. Los científicos
extranjeros que analizan la multiplicación de gaviotas y
albatros señalan con resignación: 'La causa de
semejante mutación en la población de aves no es otra que
la enorme riqueza de los argentinos, casi tan grande como su
propia estupidez.

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