lunes, 2 de marzo de 2009

DESAFIAR AL PARADIGMA. TÉCNICA CREATIVA



Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, vivimos el día en un mundo de realidades más o menos establecidas. Este ejercicio propone jugar al desafío, que podría resumirse en la frase “qué pasaría si" (… una empresa no tuviera ningún empleado; si un auto funcionara sin motor; si una lámpara se encendiera sin electricidad, batería, generador electrónico, pilas, etc. Y qué si una guitarra eléctrica pudiera afinarse sola y en cualquier tono… como la Gibson Robot; cómo haríamos un instrumento a cuerdas sin ellas; y una silla de ruedas con GPS, como existe en Japón; o un paraguas con doble sombrilla, en venta en otros países… Y una operación sin cicatrices, con escalpelos que ingresan por orificios naturales (Robodoc se llama).

Recordemos algunos ejemplos: la máquina de coser se concretó cuando su inventor se dio cuenta de que el hilo pasaría por el otro extremo, al revés de la aguja común. O el caso del walkman, cuando su creador advirtió que sería un aparato que no grabaría sino que sólo reproduciría, a partir de lo cual la tecnología se simplificaba. Visto a la distancia parecen ejemplos inocuos, pero alguien tenía que ponerle el cascabel al gato.

Este ejercicio no refiere necesariamente a pensar opuestos (qué pasa si lo caliento, si lo enfrío, si lo achico, si lo estiro, si lo detengo, si lo pongo en marcha… y así hasta el infinito). Más bien se trata de un proceso de provocación al paradigma. Y no es nada fácil. Pero ayuda para comenzar desde otro lugar.

¿Por qué cuando alguien se jubila deja de trabajar? ¿Será porque se le viene encima la vejez? ¿Y si ellos integraran un concejo de sabios, como en la antigüedad?

Se dice que el futuro está en manos de los jóvenes, cuando es al revés (aquí sí pensamos opuestos), ya que el futuro se nutre del conocimiento de los más viejos. Entonces ¿podemos decir que el futuro es de los mayores… que enseñan a los que recién empiezan? ¿Parece un círculo vicioso? ¿Estamos seguros de que es un círculo vicioso? De lo que uno podría estar seguro es de lo benéfico que es acampar las ideas en nuevos paradigmas.

Lo interesante de esta técnica creativa es transportarnos a un universo diferente de posibilidades. De eso se trata cuando ingresamos al mundo de las innovaciones.

Nótese que la última entrega de los premios Oscar se hizo con un presupuesto bajísimo. Los encargados de la puesta en escena se habrán dicho “es lo que hay”. ¿Por qué siempre tenemos que dotar al Teatro Kodak de recursos suntuarios? Entonces, ¿podemos realizar algo bueno con poco dinero? Pensemos. Que nunca estará dicha la última palabra… Una buena variante para desafiar al no se puede.

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