Hay que escucharlo en los dos videos; conviene dejarse llevar, escucharlo, dejarse llevar, escucharlo... y así sucesivamente.
Hay momentos en los que el conductor del programa mexicano parece no entender ni papa de lo que Alejandro dice. Y él, con serenidad budista, lo va llevando por el camino del entendimiento.
Puedo pensar diferente, qué importa; pero en algún punto me voy encontrando con Jodorowsky, no puedo evitarlo, no puedo ni debo...
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